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[365]|Del 19 al 23/09 de 2016

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Argentina – Confirmado: Agosto marcó el retorno del sesgo expansivo al frente fiscal. Tal cual habíamos anticipado en informes previos de la mano del simple cruce de datos entre, por un lado, las estimaciones del proyecto de Ley de presupuesto 2017 presentado por el Poder Ejecutivo Nacional ante el Congreso Nacional y, por el otro, los datos de ejecución base caja de la Cuenta Ahorro Inversión del Sector Público Nacional No Financiero (SPNNF) de los primeros siete meses de 2016, el pasado mes de agosto marcó el decidido retorno del sesgo expansivo al frente fiscal.
Vamos a los números. En agosto de 2016 el gasto primario del SPNNF aceleró significativamente al incrementarse a un ritmo nominal interanual de 38,3%, frente al 27,5% nominal anual que había promediado durante los siete meses previos. Casi 11 puntos porcentuales más rápido.

A la hora de explicar las razones detrás de la aceleración, vale la pena subrayar que, si bien el cambio de tendencia más significativo correspondió al gasto de capital, lo cierto es que la mayor parte de los rubros del gasto primario del SPNNF, con excepción se seguridad social y el déficit operativo de las empresas públicas, aceleraron significativamente respecto de los 7 meses previos.

En particular, el gasto primario de capital del SPNNF registró en agosto de 2016 un aumento nominal interanual de 31% que, si bien siguió corriendo bastante por detrás de la tasa de inflación interanual comparable, marcó un cambio significativo respecto de la contracción promedio de -5% nominal anual que caracterizó el desempeño de ese rubro durante los siete meses previos y que estuvo en línea con los anuncios de reactivación de la obra pública que viene realizando la Administración Macri desde ese mes.

Sin embargo, como ya anticipamos, la obra pública no fue la única causa detrás del mayor ritmo de crecimiento nominal del gasto público del SPNNF. El gasto de consumo (remuneraciones, bienes y servicios y otros) y las transferencias corrientes (subsidios y giros no automáticos a provincias y municipios) también aceleraron perceptiblemente respecto de los primeros siete meses de 2016.

En el primer caso, la tasa de crecimiento nominal interanual de agosto fue de 40%, frente la de 22,7% promediada durante los primeros siete meses de 2016. Destaca detrás de las razones el impacto progresivo de las paritarias del sector público sobre el rubro remuneraciones y el inicio del proceso de normalización de los atrasos en los pagos del rubro bienes y servicios que veníamos resaltando durante los 7 meses previos.

En el segundo caso, el ritmo de incremento nominal interanual pasó de 34,4% durante los primeros siete meses, a 49,1% nominal anual durante agosto de 2016. Resaltando dentro de los factores explicativos el impacto del fallo de la corte suprema en el caso de la tarifa del gas natural de red y las mayores transferencias a las jurisdicciones provinciales.

En la vereda de enfrente los ingresos primarios continuaron creciendo a un ritmo interanual nominal de 26,4%, producto del mal desempeño real de los ingresos tributarios (combinación de, por un lado, el mal desempeño de la recaudación tributaria por la recesión y por reducción de la presión tributaria en concepto de ganancias y DEX y, por el otro lado, la reducción del tamaño de la porción que le toca a la Nación dados los recientes incrementos de los coeficientes de Coparticipación Federal de CABA, Córdoba, Santa Fe y San Luís) En particular, los ingresos tributarios registraron una alza nominal anual 17,4% en agosto de 2016, frente al 23% nominal anual que habían registrado durante los siete meses previos. En cambio, los recursos derivados de los aportes y contribuciones a la seguridad social verificaron un aumento nominal de casi 39% respecto de agosto de 2015, frente a un alza nominal promedio de 32,8% durante los siete meses previos.

Obsérvese que de lo dicho se desprende que durante agosto de 2016 existió un diferencial de casi 12 puntos porcentuales entre la tasa de crecimiento de los gastos primarios y de los ingresos primarios. Durante los primeros 7 meses del presente año, la tasa de crecimiento nominal interanual de los segundos había superado a la de los primeros en sólo 1,5 puntos porcentuales. Ese diferencial es todavía mayor si se considera el gasto primario corriente, ya que el mismo creció a un ritmo nominal interanual de 39,3% en agosto de 2016. Justamente por eso, subrayamos que la ejecución presupuestaria del pasado mes de agosto vino a confirmar de forma contundente al retorno del sesgo expansivo al frente fiscal nacional.

Otro dato a resaltar es que el uso de las utilidades devengadas por el BCRA y de la rentabilidad obtenida sobre el FGS del SIPA como fuentes de financiamiento del déficit fiscal no sólo no se interrumpió durante el período en cuestión, sino que además se profundizó. En particular, los aportes del BCRA vía giro de utilidades devengas en 2015 acumularon $ 82.500 millones durante los primeros ocho meses de 2016, casi duplicando el valor absoluto del aporte que por el mismo concepto se habían realizado durante igual período de 2015. En términos del PBI, estamos hablando de un aporte anualizado de 1,6% para los primeros ocho meses de 2016, frente al 1,1% de igual período de 2015. En el caso del FGS del SIPA, el aporte acumulado durante los primeros ocho meses fue de $ 48.088 millones, superando en más de un 60% al valor absoluto del aporte registrado por el mismo concepto durante igual período de 2015. El mismo equivalió a 0,9% del PBI.

Ergo, el BCRA y el FGS del SIPA aportaron $ 130.588 millones durante los primeros ocho meses de 2016 (2,5% PBI) Ese aporte conjunto superó en más de un 80% al registrado durante los primeros ocho meses de 2015.

La contracara de ese renovado sesgo expansivo es el deterioro del resultado fiscal. En particular, el rojo primario sin rentas (utilidades del BCRA y uso de la rentabilidad obtenida sobre los recursos del FGS del SIPA) se ubicó en agosto de 2016 en $ 37.233 millones, más que duplicando al registro comparable de agosto de 2015. En tanto que, dados intereses por $ 7.317 millones (+70,6% nominal interanual), el rojo financiero sin rentas alcanzó los $ 44.550 millones, casi duplicando al registrado en agosto de 2015.

En consecuencia, el SPNNF acumuló un déficit primario sin rentas de $ 184.150,6 millones durante los primeros 8 meses de 2016, superando en un 46,8% al registro nominal correspondiente al mismo período de 2015. En términos del PBI y correctamente anualizado, el déficit primario del SPNNF de los primeros 8 meses de 2016 equivalió a 3,5% del PBI nominal estimado por el propio MECON para todo 2016, superando en 0,3 puntos al guarismo comparable de 2015. En tanto, el rojo financiero sin rentas acumulado por el SPNNF durante los primeros 8 meses de 2016 ascendió a 5,6% del PBI, superando en 0,7 puntos al guarismo comparable de 2015.

Recordemos que el proyecto de ley de presupuesto 2017 fijó una estimación de rojo primario 2016 de $ 373.248 millones (-4,7% PBI) y financiero de $ 566.489 millones (-7,2% PBI), con ingresos primarios para el SPNNF por $ 1.518.350 millones (+30,9% nominal anual) y gastos primarios por $ 1.891.598 (+32,8% nominal anual)

Para que esas estimaciones de resultado fiscal se cumplan en el mencionado contexto de retorno del sesgo fiscal expansivo, los ingresos primarios del SPNNF, y en particular los tributarios, deberían acelerar perceptiblemente durante los próximos cuatro meses (septiembre a diciembre 2016). En particular, la tasa de crecimiento de los mismos debería pasar desde el 26% nominal anual de los primeros siete meses y el 26,4% nominal del pasado mes de agosto, hasta un ritmo promedio de expansión nominal anual de casi 31% para el último cuatrimestre del presente año. Es decir, una aceleración de 5 puntos porcentuales que, dada la desaceleración de la tasa de inflación interanual y la ausencia de modificaciones tributarias, debería ser el resultado de un más que significativo repunte del nivel de actividad local.

Caso contrario, el déficit fiscal del SPNNF, primario y financiero, correspondiente al año en curso podría estar por encima de las previsiones del proyecto de Ley de presupuesto 2017. Al respecto, si los ingresos primarios del SPNNF no acelerarán en línea con lo previsto en el último durante el último cuatrimestre de 2016 y, por el contrario, continuarán creciendo en torno a 26,4% nominal anual, todo lo demás constante, el déficit primario del SPNNF de 2016 se aproximaría a -5% del PBI ($ -392.000 millones) y el financiero sin rentas a -7,5% del PBI ($ -585.000 millones)

Cerrando. La confirmación del retorno del sesgo expansivo al frente fiscal, junto con la significativa relajación de las metas fiscales previstas para 2017 en el proyecto de Ley de Presupuesto 2017, en un contexto de supuestos optimistas respecto de la evolución de los ingresos, no es un dato menor dentro del esquema de política económica y, menos aún, para el equilibrio macroeconómico local.

En ese sentido hay, como mínimo, tres conclusiones inevitables:

1) Se confirma el cambio en el enfoque económico de la Administración Macri. En ese sentido, pareciera suspenderse el proceso gradual de ajuste del gasto público nacional y de reducción de la presión fiscal que se había arrancado durante el primer semestre de 2016. Al menos, hasta las elecciones legislativas previstas para octubre de 2017. Pues, básicamente, la propia Administración Macri nos comunica que durante los primeros dos años de su gestión el ajuste fiscal será nulo desde el punto de vista del déficit y escaso desde el punto de vista del peso del gasto primario del SPNNF en el PBI.

2) En ese mismo sentido, la recuperación del nivel de actividad local esperada y anunciada para el segundo semestre, ahora último trimestre, de 2016 ya no sólo es esperada. Por el contrario, se la tracciona en forma significativa desde el frente fiscal.

3) La responsabilidad de seguir profundizando y afianzando el proceso de desinflación recae exclusivamente en la política monetaria. Lo dicho ocurrirá en el contexto de un SPNNF que enfrentará necesidades financieras extra-sector público por encima de los 10 puntos del PBI y que, por lo tanto, seguirá condicionando directa y/o indirectamente al BCRA.