Por SOFÍA BUSTAMANTE Y ANA CLARA PEDOTTI

Si bien los expertos prefieren no referirse a detalles del nuevo blanqueo que no todavía no se conocen, en líneas generales tomaron la iniciativa con optimismo, y coincidieron en que el timing es oportuno, dado que a nivel mundial se están implementando políticas similares.
El vicepresidente ejecutivo de FIRST Capital Markets, José Luis Garófalo, sostuvo que considera la medida como “positiva” y “esperada” dentro de lo que se esperaba de este gobierno “principalmente para poder lograr de una vez por todas que los ahorro que están fuera del país puedan repatriarse”. No obstante, resaltó que dependiendo de las condiciones será más o menos atractivo.
A su vez, Garófalo señaló que el blanqueo es una iniciativa que se está dando a nivel mundial: “La amnistía es algo que está llegado a todos los países y Argentina no podía estar fuera de este movimiento”. En sintonía, el gerente de Desarrollo de Negocios de Abeceb, Juan Pablo Ronderos, dijo que el blanqueo “es necesario y oportuno”, ya que “en algún momento del corto plazo no va a haber más posibilidades de esconder cuentas en el mundo, con los cual, no sólo el gobierno argentino sino otros gobiernos están aprovechando para acelerar el blanqueo dándole ventajas a los contribuyentes”.
Por su parte, Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Ferreres y Asociados, reconoció: “La medida correcta no es, porque estás perdonando a los que no pagan, dicho esto, me parece una medida útil, que le permitirá al Gobierno recaudar sobre los fondos blanqueados”.
Ronderos también señaló las ventajas que podrían reportar para el país: “Aunque no sabemos aún cómo estará diseñado, va a generar efectos fiscales, en la disponibilidad de divisas y en la actividad. Se espera que existan tres posibilidades: blanquear y dejar afuera el capital con una tasa que podría ser de hasta 10%; dejar la plata en el mercado loca con una alicuota del 5% o traer el dinero para invertirlo en un emprendimiento productivo”.
En tanto, Gabriel Caamaño Gómez, de la Consultora Ledesma, se mantuvo más escéptico respecto de los beneficios para la economía de este nuevo blanqueo. “Si bien hay un ahorro financiero, porque se consigue un financiamiento más barato, se presenta una inconsistencia temporal que es generar la expectativa en la población de que puede ser perdonada por evadir los impuestos”, afirmó.
En cuanto al éxito que podría tener la medida, aunque es imposible determinarlo, los expertos cree que el nuevo gobierno es más creíble, y que además, viene acompañado de un cambio de paradigma económico que resulta más atractivo que las opciones que había dado la administración kirchnerista.
“Traer la plata hoy tiene mucho más sentido en términos de confianza, como saber que si ingresan fondos van a poder volver a salir o que entran al país a un tipo de cambio mucho más sincerado. Antes la opción era traer plata a un tipo de cambio que todos sabíamos que estaba atrasado; había que convertirlo a pesos y ahí ya había una pérdida”, detalló el gerente de Desarrollo de Negocios de Abeceb.
Para el vicepresidente de FIRST, los costos van a hacer la diferencia: “Los potenciales interesados no serán indiferentes a las alicuotas, pero entendemos que va a haber interés. Más allá de ese posible 10%, también se evaluará no solo de qué manera ingresar sino después a partir de qué plazo podrá volver a salir el capital del país. Eso también es algo que se esta considernando. Tomando un mínimo de tiempo de 2 años, por ejemplo, el plazo terminará todavía bajo el mismo gobierno”.
En definitiva, hoy las reglas de juego son más creíbles para el mercado que cuando Cristina Fernández de Kirchner era presidente, y esto es lo que pesa a la hora de que se tome una decisión. El panorama mundial también acompaña este nuevo sinceramiento. “En el mundo se está volviendo cada vez más difícil tener plata en negro, por el control que hay sobre el narcotráfico y el financiamiento terrorista. En ese sentido, creo que puede ser un momento atractivo para acceder a este plan”, señaló Spotorno.
El economista de Ferreres, agregó: “Se estima que actualmente hay u$s400.000 millones de argentinos en el exterior. No creo que el Gobierno persiga la idea de repatriar esos capitales, porque corre el riesgo de apreciación cambiaria, por lo que el objetivo del Gobierno debe apuntar a generar una base reacaudatoria más grande, con los recursos impositivos que surgan de ese blanqueo”.
En esta misma línea, Caamaño Gómez añadió: “El gobierno tiene una necesidad fiscal elevadísima, que no está pudiendo satisfacer, y por eso recurre a una medida que en un primer momento había descartado. Vuelven a sacar este blanqueo después del acuerdo con los holdouts, después de hacer emisiones de deuda e incluso después de haber lanzado letras del tesoro en dólares, con una rentabilidad altamente superior a los que paga el mercado. Con esta medida tan controvertida, hay un reconocimiento implícito que el tema financiero no cerró como esperaban”.
En tanto, el monto que se podría blanquear, según el Gobierno, asciende unos u$s 70.000 millones, de los cuales en la City creen que un 70% de ese importe sería satisfactorio. “En ningún otro momento histórico se logró un monto tan grande como el que espera el Gobierno. En el país salen aproximadamente u$s 7.000 millones por año y ningún caso anterior consiguió detener esa fuga anual”, recordó Spotorno.

NOTAS RELACIONADAS