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[TCR]| Octubre 2015

Descripción del Producto

El fortalecimiento registrado por las monedas regionales respecto del dólar en la segunda mitad de octubre de 2015 alcanzó sólo para frenar momentáneamente el proceso de apreciación del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM)de la economía argentina.

En particular, nuestro índice de TCRM base diciembre de 2001 promedió un valor de 1,121 durante el mes en cuestión, ubicándose 40% por debajo del promedio 2002-2015 y sólo 9% por encima del promedio 1998-2001. En consecuencia, si bien aún se sostiene por encima de diciembre de 2001, de no haber cambios de fondo en el esquema de política local y sostenerse el actual contexto externo, podría perforarlo en menos de un año.

El índice de TCRM acumula un retroceso de casi 46% desde diciembre de 2007, de 18,3% en el último año y de 13,3% en lo que va de 2015. En tanto, los últimos ocho años el Tipo de Cambio Nominal Multilateral (TCNM) acumuló un alza de casi 142,3%. En los últimos 12 meses se mantuvo prácticamente sin cambios y acumuló un alza de 1,5% en lo que va de 2015. Ergo, el alto diferencial de inflación respecto del promedio de nuestros socios comerciales (22,3% anual) sigue explicando la mayor parte del proceso de apreciación real multilateral. En tanto que la fortaleza del dólar reforzó ese proceso durante el año en curso.

Nuestro índice de TCR (Dic’01=1) entre el $AR y el USD (dólar EEUU) promedió un valor de 0,976 en octubre de 2015, ubicándose 39% por debajo del promedio 2002-2015 y sólo 4% por encima del promedio 1998-2001. De lo dicho se desprende que el mencionado índice perforó holgadamente el nivel de diciembre de 2001. Y, que de no haber cambios de fondo en el esquema de política local y sostenerse el actual contexto externo, se encamina irremediablemente hacia los mínimos alcanzados a mediados de los 90’s. Sí calculamos el TCR bilateral con la cotización blue, obtenemos un valor de 1,636 (Dic’01=1) para octubre pasado. Casi 10% por encima de la media 2002-2015.el alto diferencial de inflación es la causa inmediata del encarecimiento local en dólares. El último ascendió a 27,2% en los últimos 12 meses, a poco más de 21% en lo que va de 2015 y a 408% en los últimos 8 años.

Nuestro índice de TCR bilateral entre el $AR y el R$ (real brasilero) promedió un valor de 0,684 en octubre de 2015 (1998=1) De esta manera, la recuperación experimentada por la cotización del real respecto del dólar durante la segunda mitad de octubre sólo alcanzó para estabilizar el mencionado TCR bilateral en un nivel próximo a los mínimos históricos. En particular, el mínimo se alcanzó en octubre de 2001 (0,5402) En tanto, el mencionado índice de TCR bilateral se ubicó 51% por debajo del promedio 2002-2015 y perforó el promedio 1998-2001 (-9,4%)

Conclusiones: Tanto el TCRM, como los distintos TCR bilaterales muestran una tendencia marcadamente negativa que se interrumpió en algunos casos en octubre como producto de la recuperación de las monedas de nuestros socios comerciales respecto del dólar. Aun así, la mayor parte de ellos se encuentran en niveles críticos o muy cercanos a los mínimos históricos. El principal factor detrás del encarecimiento de la Argentina respecto de sus socios comerciales fue y es, la alta tasa de inflación local. La cual a la larga no pudo, ni puede ser compensada por ninguna tasa de devaluación nominal. En el caso de los TCR bilaterales, vale la pena resaltar al caso del peso mexicano, el peso chileno, el real brasilero y el dólar. Pues, en todos ellos ya se perforó o, al menos, alcanzó el promedio 1998-2001. Adicionalmente, vale la pena resaltar que en el caso del real brasilero y el peso mexicano ya estamos en línea con los mínimos alcanzados en la década de los 90’s.

Llegados a este punto, creemos imprescindible volver a resaltar que “no hay que poner la carreta delante del caballo”. Es decir, dada la negativa de la Administración CFK a realizar los ajustes necesarios cuando era oportuno hacerlo, el BCRA no tiene margen de maniobra para permitir que buena parte de los efectos negativos asociados al proceso de fortalecimiento internacional del dólar, por un lado, y el propio proceso inflacionario local, por el otro, sean amortiguados vía un ajuste del TCN oficial. Pues, dado, primero, el elevado nivel de déficit fiscal y su financiamiento con emisión monetaria directa e indirecta, segundo, el deterioro patrimonial del BCRA y, tercero, las elevadas y generalizadas expectativas inflacionarias, cualquier intento de devaluación nominal significativa tiene un alto riesgo de, al igual que en 2014, retroalimentar en forma significativa el proceso inflacionario y profundizar la recesión. Más aún cuando, dado el bajo poder de fuego de la entidad monetaria (bajísimas reservas netas) y las generalizadas expectativas de corrección cambiaria, cualquier intento de ajuste más o menos significativo del TCNO podría dar pie un proceso de ajuste desordenado, con el consiguiente alto riesgo de “overshootig” y espiralización.

De la misma manera, una reducción generalizada de las alícuotas de DEX profundizaría el déficit fiscal, acelerando el ritmo de emisión destinado a financiarlo y, consecuentemente, también impactaría al alza sobre el proceso inflacionario local (erosionando rápidamente la mejora de rentabilidad por esa vía) y la tasa de devaluación administrada, incrementando el riesgo de ajuste desordenado y espiralización. El acceso endeudamiento externo, no altera ese diagnóstico. Pues, la utilización de esos recursos para financiar el “agujero fiscal” primario necesariamente implica su monetización. Esa expansión monetaria, que se inyecta en la economía local directamente vía gasto público, también contribuiría en sostener o, incluso, acelerar las presiones inflacionarias.

Por todo lo dicho, subrayamos que no se pueden esperar cambios significativos y sostenibles en la tendencia del TCR multilateral o cualquiera de los bilaterales, hasta que no se produzca un replanteo integral y profundo del esquema de política económica. El cual necesariamente incluye un Plan de Consolidación Fiscal, la Refundación del BCRA, la Estabilización inflacionaria, la eliminación del CEPO y la reinserción de Argentina en el mundo.