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[357]|De la semana del 25 al 29/07

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Argentina – El nivel de actividad cerró el primer semestre en zona negativa. De acuerdo a nuestras últimas estimaciones preliminares, el nivel de actividad económica local registró un retroceso de -2,6% interanual durante el pasado mes de junio, lo que dejó al promedio segundo trimestre de 2016 un 2,5% por debajo del mismo período del año pasado y terminó de redondear un ritmo de contracción interanual promedio para el primer semestre de 1,1% anual. En tanto, nuestra serie con ajuste estacional arrojó una variación negativa de -0,6% respecto del primer trimestre del presente año. Todo esto, siempre de acuerdo a la base de Cuentas Nacionales 2004 corregida recientemente por el INDEC. En consecuencia, el PBI local habría registrado la cuarta caída consecutiva respecto del trimestre anterior y estaríamos ante la primer contracción interanual desde el último trimestre de 2014.

Desde el punto de vista de los sectores productivos u oferta local, excepción hecha para el sector de Electricidad, Gas y Agua, los niveles de actividad de todos los sectores productores de bienes registraron significativas contracciones durante el primer semestre. En consecuencia, el nivel de actividad agregado para todos los productores bienes habría registrado una caída de -5,6% anual en el segundo trimestre y de -4,3% anual en el primer trimestre.

Al respecto, la construcción fue por lejos que el mostró las mayores caídas, muy afectado por la fuerte desaceleración nominal del gasto público nacional en obra pública, pero también por el mal desempeño del componente privado. En particular, de acuerdo a nuestra estimaciones, la construcción habría profundizado el ritmo de caída interanual durante el segundo trimestre (-14% anual), dejando el nivel de actividad sectorial promedio para el primer semestre de 2016 casi 10% por debajo del correspondiente a igual período del año anterior.

La industria también está entre los que más se contrajeron, como resultado de la recesión que afecta a su principal mercado de exportación (Brasil), el mal desempeño del consumo durable local y la crisis que afecta al bloque siderúrgico a nivel internacional. Lo bloques más afectados fueron la industria  automotriz, la siderúrgica, la metalmecánica, la producción de cemento y la industria química. Al respecto, y siempre según nuestros cálculos, el nivel de actividad del bloque fabril habría anotado una contracción interanual de 6,2% durante el segundo trimestre, profundizando también el ritmo de caída respecto del primer trimestre (-1,6% anual) Consecuentemente, la industria habría promediado un ritmo de contracción interanual de 4,1% durante el primer semestre de 2016.

El sector agropecuario, también habría mostrado un desempeño interanual negativo durante el segundo trimestre de 2016, en línea con el primer trimestre y aún a pesar del cambio favorable de precios relativos que supuso para la mayor parte de las producciones por el englobadas la corrección cambiaria, la eliminación/modificación de los registros que funcionaban como cuotas de exportación y la reducción o eliminación, según corresponda, de los derechos de exportación. En parte, eso se explica por factores exógenos, como ser condiciones climáticas adversas que afectaron el volumen y la calidad de la cosecha de soja, en particular, y del resto de los granos gruesos, en menor medida, y también la caída interanual de precios externos. Entre los factores endógenos resalta un ajuste de precios relativos que aún no alcanzó para dar pie a una recuperación franca de buena parte de las economías regionales del interior, el efecto negativo que ese mismo ajuste de precios relativos tuvo sobre la ganadería porcina y sobre la cría de aves de corral y una ganadería vacuna que está en pleno proceso de recomposición de stocks.

Al respecto, siempre de acuerdo a nuestras estimaciones, el sector agropecuario habría registrado una caída interanual de 4,2%, desacelerando levemente respecto del primer trimestre del presente año. En consecuencia, el sector agropecuario habría registrado una caída interanual 4,4% durante el primer semestre de 2016.

Por el lado de los sectores productores de servicios, que de acuerdo a nuestras estimaciones y a nivel agregado se mantuvieron prácticamente sin variaciones respecto al primer semestre de 2016, resaltó el mal desempeño de las actividades de comercio al por mayor y menor y los hoteles y restaurantes. En el caso de los primeros, el segundo trimestre habría arrojado una caída interanual de -4,9%, dejando al promedio del primer semestre un 2,8% por debajo de igual período de 2015. En tanto, en el caso de los hoteles y restaurants nuestras estimaciones indican un caída de -4,1% en el segundo trimestre, que se traduce en una contracción interanual promedio de -3,8% para el primer semestre de 2016.

Cerrando con la oferta agregada, la importaciones de bienes y servicios habrían promediado un alza interanual de 7,4% durante el segundo trimestre, desacelerando respecto del primer trimestre, y dejando el promedio del primer semestre 9,7% por arriba de igual período de 2015. De esta manera, la oferta importada fue por lejos el componente más dinámico de la oferta agregada o global (PBI + Importaciones) durante el segundo y el primer semestre, en buena parte como resultado de compras de bienes de capital, consumo y partes y piezas de bienes de capital que estaban reprimidas como consecuencia de las trabas y el CEPO. De esta manera, la oferta global habría registrado una caída interanual de -0,7% en el segundo trimestre y un alza promedio de sólo 0,9% anual durante el primer semestre de 2016.

Por el lado de la demanda agregada o global (demanda interna + exportaciones, -0,7% anual en segundo trimestre y +0,9 anual en primer semestre), nuestras estimaciones indican que, aún a pesar del mal desempeño de nuestro principal socio comercial, las exportaciones de bienes y servicios fueron por lejos el componente más dinámico. En particular, aún a pesar de haber registrado un variación interanual estadísticamente no significativa durante el segundo trimestre, habrían promediado un alza interanual de 5,5% durante el primer semestre de 2016.

En tanto, la demanda interna habría registrado una caída en torno a 1% interanual durante el segundo trimestre, dejando al promedio del primer semestre prácticamente en el mismo nivel que el mismo período del año pasado. Hacia adentro de la misma, se observa una fuerte caída de la inversión bruta fija (-7,3% anual en segundo trimestre, -5,7% anual en el primer semestre), el relativo estancamiento del consumo privado (+0,3% anual en segundo trimestre y +0,7% en el primer semestre) y un consumo público que aún se sostiene como el componente más dinámico (+2,3% anual en segundo trimestre y +2,5% anual en primer semestre).

En el caso de la primera, el mal desempeño viene explicado en su mayor parte por la contracción de la inversión en estructuras (construcción) y en máquinas, equipos y material de transporte de origen local. En el caso del prácticamente nulo dinamismo del consumo privado, resalta sobre todo el mal desempeño del componente durable y semidurable. En el caso de la inversión hay que resaltar la recesión preexistente, la propia incertidumbre asociada a la primera etapa del proceso de corrección de precios relativos y altos rendimientos financieros, resultado de la propia estrategia de estabilización, que son muy difíciles de igualar por la oportunidades de inversión en la economía real. En el caso del consumo, los más relevante pasa por salarios que durante el primer semestre corrieron por detrás de los precios y el encarecimiento de las líneas de crédito asociadas al consumo de bienes durables registrables.

Cerrando con los datos, de lo dicho se infiere una reducción de la tasa de inversión y un incremento del coeficiente de apertura (exportaciones + importaciones vs PBI), ambos medidos a precios constantes de 2004. El primero pasó de 19,4% en el primer semestre de 2015, a 18,3% en mismo periodo de 2016. Es decir, continúa en niveles históricamente bajos y ese deterioro está en línea con la profundización del episodio recesivo. En tanto, el segundo paso de 41,5% en la primera mitad de 2015, a 45,3% en el segundo semestre, retornando a niveles similares a los del primer semestre de 2013 y en línea con la eliminación de trabas y la salida del CEPO.

De cara a lo que vendrá, esperamos que el nivel de actividad local recién comience a mostrar variaciones positivas significativas respecto del trimestre anterior hacia el último cuarto del presente año, en tanto que para las variaciones interanuales positivas habrá que esperar a 2017. En ese sentido, proyectamos una variación promedio para todo 2016 de -1,5% real anual.

De cara a 2017, la magnitud de la recuperación estará en buena parte determinada por factores exógenos (condiciones climáticas, precios externos y Brasil) y de la consolidación de un proceso de ajuste macroeconómico cuya marcha o, al menos, de su velocidad, que ahora está en franca discusión. Entrando incluso en juego nuevas medidas de incentivo por el lado de la demanda, enfoque que los últimos cuatro años han demostrado claramente estar agotado de cara al mediano plazo. Razón por la cual, por ahora, seguimos proyectando una tasa promedio de crecimiento para 2017 inferior a 3% real anual.