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[TCRM] | Mayo 2015

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Descripción del Producto

El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) volvió a apreciarse durante abril de 2015, sumando el decimoquinto mes consecutivo en tendencia negativa y alcanzando el nivel más bajo desde diciembre de 2001. El proceso de apreciación continuó con la desaceleración iniciada durante el mes anterior, dada la recuperación del Euro y el Peso Chileno respecto del dólar.

Profundizando. La alta tasa de inflación local y, consecuentemente, el alto diferencial de inflación respecto de nuestros socios comerciales, continuó siendo determinante desde el punto de vista del TCRM. Más que compensado el mayor ritmo de devaluación nominal del peso respecto de todas las monedas de nuestros socios comerciales. Razón por lo cual, el TCRM continuó apreciándose.
Cuantificando. El TCN multilateral promedió un valor de 8,951 durante el pasado mes de mayo (fijando diciembre de 2001 como la unidad), avanzando 1,6% respecto del mes previo y alcanzando prácticamente el mismo nivel que en mayo de 2014. En tanto, el diferencial de inflación multilateral alcanzó registros de 26,5% anual y 1,9% mensual durante el mes en cuestión. En consecuencia, el TCRM promedió un valor de 1,188 durante mayo pasado (fijando diciembre de 2001 como la unidad), retrocediendo -0,3% respecto del mes anterior y -21,3% respecto del mismo mes de 2014.

En el caso del TCR vs dólar, el proceso de apreciación real no desaceleró. La cotización oficial del dólar en la plaza local promedió un valor en torno a $ 8,9617 por unidad durante mayo de 2015, registrando un alza de 1% respecto al mes anterior y de 11,3% respecto del mismo mes de 2014.

En tanto, durante el mismo mes la tasa de inflación local alcanzó un valor de 2,1% mensual, 10,8% acumulado y 30% anual, determinado un diferencial de inflación respecto del dólar de 2,1% mensual, 10,6% acumulado y 30,8% anual.
De lo dicho se desprende un valor promedio para el TCR bilateral de abril de 1,006 (fijando diciembre de 2001 como la unidad) El cual resultó 1,1% inferior al registrado durante el mes previo, ubicándose 15% por debajo del correspondiente al mismo mes de 2014.

El guarismo de mayo resultó un 37,2% inferior al promedio post crisis de 2001 (1,517, fijando unidad en diciembre de 2001) y prácticamente igual al valor que marcó el fin de la convertibilidad. Con lo cual, es innegable que el mismo se encuentra franca y significativamente atrasado, afectando no sólo el dinamismo de las economías regionales con perfil exportador (vid, frutas de pepita, de carozo, cítricos, algodón, miel, leche, etc.), sino también de los grandes complejos exportadores a nivel local (oleaginoso, cerealero, minero, etc.)

En el caso del TCR vs Brasil, el impacto negativo que supone la apreciación nominal del peso respecto de la moneda del país vecino fue potenciada por la alta inflación local. En particular, la cotización del real en la plaza local promedió un valor de $ 2,9025 por unidad, cayendo 0,4% respecto del mes anterior y casi 20% respecto del mismo mes de 2014. En tanto, que el diferencial de inflación correspondiente se ubicó en 1,4% mensual y 19,8% anual. Por lo tanto, el TCR entre el peso y el real cayó 1,7% respecto del mes previo, acumulando un retroceso de más de 33% en los últimos doce meses.

En consecuencia, el nivel alcanzado por el TCR en cuestión durante el pasado mes de mayo volvió a aproximarse a los mínimos registrados para la serie post diciembre de 2001 (marzo 2015) y quedó muy cerca del nivel promediado entre la crisis brasilera de 1999 y la crisis argentina de 2001. Con todo lo que ello implica para el dinamismo de la exportaciones argentinas a ese país y una relación comercial ya de por sí muy deteriorada, como resultado de las medidas de corte administrativo implementadas por la administración CFK para lidiar con el creciente desequilibrio de la balanza de pagos local.
Llegados a este punto, creemos imprescindible volver a resaltar que “no hay que poner la carreta delante del caballo”. Es decir, dada la negativa de la Administración CFK a realizar los ajustes necesarios cuando era oportuno hacerlo, el BCRA no tiene margen de maniobra para permitir que buena parte de los efectos negativos asociados al proceso de fortalecimiento internacional del dólar, por un lado, y el propio proceso inflacionario local, por el otro, sean amortiguados vía un ajuste del TCN oficial. Pues, dado el agotamiento del esquema de política económica local, cualquier intento de devaluación nominal significativa corre el riesgo de, al igual que en 2014, retroalimentar el proceso inflacionario y profundizar la recesión.

De la misma manera, una reducción generalizada de las alícuotas de DEX profundizaría el déficit fiscal, acelerando el ritmo de emisión destinado a financiarlo y, consecuentemente, también impactaría al alza sobre el proceso inflacionario local (erosionando rápidamente la mejora de rentabilidad por esa vía)

Peor aún, el acceso endeudamiento externo a tasas atractivas no altera ese diagnóstico, pues la utilización de esos recursos para financiar el “agujero fiscal” primario necesariamente implica su monetización

Ergo, hasta que se produzca, no ya un ajuste, sino más bien un replanteo integral y profundo del esquema de política económica, sólo nos queda esperar una profundización o, en el mejor de los casos, un sostenimiento del nivel actual de atraso cambiario. Todo lo cual, seguirá alimentando las expectativas de volatilidad macroeconómica de mediano-largo plazo; profundizando, directa e indirectamente, el proceso deterioro del nivel de actividad económica y empleo.