Placeholder

[368]|Del 24 al 28/10 de 2016

$ 230.00

Descripción del Producto

Argentina – Pasó junio, julio y agosto. ¿Será septiembre el piso para el nivel de actividad local? Vale la pena arrancar con una aclaración metodológica más que relevante. Como repetimos varias veces durante los últimos meses, cuando nos referimos a la evolución del nivel de actividad una observación intermensual provisoriamente positiva y estadísticamente no diferenciable de cero dentro de niveles de error o confianza aceptables, no es elemento suficiente para construir una tendencia y menos aún para sostener un cambio de tendencia o punto de inflexión. Y eso es justamente un piso para el nivel de actividad. Un punto de inflexión.
Por eso mismo volvemos subrayar la necesidad de ser prudentes al interpretar y realizar inferencias a partir de datos mensuales de la serie con ajuste estacional del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) elaborado por el INDEC o de cualquiera de las estimaciones que realizamos los privados que están en su primera o segunda reestimación y que, como mínimo, no son respaldados por un cambio de signo en la serie tendencia-ciclo. Pues, lamentablemente, los pisos o puntos de inflexión no se confirman hasta que ya se los ha transitado. O como referimos también en otras oportunidades, sólo se los identifica claramente por el “espejo retrovisor”.

Dicho eso, pasemos a analizar nuestras estimaciones preliminares para el mes de septiembre de 2016, que al igual que las de otras fuentes privadas indican una profundización del ritmo de contracción interanual y una nueva caída intermensual para la primera estimación de la serie con ajuste estacional. Aunque, habrá que ver cual termina siendo la magnitud de la última con el correr de los meses y a medida que se estabilicen los coeficientes de ajuste estacional.

En particular, nuestro EMAE arrojó una contracción interanual de 4% respecto del mismo de 2015 y una caída con ajuste estacional de -0,35% respecto de agosto de 2016. La variación intermensual con ajuste estacional de agosto 2016 continuó siendo asimilable a cero por segundo mes consecutivo. Con lo cual, en el caso de nuestras estimaciones, ni junio, ni julio, ni agosto habrían sido en principio el piso o punto de inflexión. Y, habrá que esperar a los datos del último trimestre para confirmar si septiembre lo fue.

De esta manera, el nivel de actividad habría promediado un ritmo de contracción interanual de -2,5% durante los primeros nueve meses de 2016 y de -4,3% durante el tercer trimestre del presente. En tanto, que la serie con ajuste estacional de nuestro EMAE habría promediado durante el tercer trimestre un nivel de 1,2% inferior al del segundo trimestre. Ergo, si bien en el caso de la comparación interanual el tercer trimestre marcó una profundización del ritmo de caída, ocurrió exactamente lo contrario respecto de la variación intertrimestral: Una perceptible reducción de la magnitud de la contracción, ya que el segundo trimestre habría arrojado una caída de -2,1% en esos mismos términos de comparación.

Respecto de los datos difundidos por el INDEC para el mes de agosto creemos prudente señalar lo siguiente: En primer lugar, la serie tendencia ciclo continuó en zona de variaciones mensuales negativas. Ergo, este elemento no permite hablar de un cambio de tendencia. La serie tendencia ciclo viene arrojando variaciones mensuales negativas en forma interrumpida desde agosto de 2015. En segundo lugar, la variación mensual con ajuste estacional verificada por la primera estimación para el mes de agosto fue positiva en sólo 0,2%. Hay que tomar en cuenta que la primera estimación comprable para el mes de julio había sido de -0,4%, y ahora ya se ubica en -0,7%. La primera estimación para junio había sido de -0,3%, la segunda fue de -0,2% y la tercera ya es de -0,5%. Ergo, no parecería que la misma estuviera lo suficientemente lejos de cero como para asegurar que no se volverá nula durante en próximas reestimaciones. En tercer lugar, aun sosteniendo la variación mensual positiva de 0,2% para agosto, dado el -0,7% de julio y el efecto arrastre del segundo trimestre, ya está prácticamente asegurado que el promedio del tercer trimestre arrojara una variación negativa respecto del inmediato anterior.

En cuanto a los sectores productivos, por el lado de los bienes resaltó el relativo mejor desempeño de la construcción y del sector agropecuario. En ambos casos si bien ninguno de los dos sectores alcanzó a marcar alzas interanuales, ni en septiembre, ni en el tercer trimestre, si se observó una reducción de los correspondientes ritmos de contracción. En el caso del sector agropecuario fue clave el fin de la cosecha gruesa y el inicio de las labores de siembra con vistas a la cosecha 2017. En el caso de la construcción fue determinante el por ahora aún tímido arranque de la obra pública.

En tanto, la industria continuó cayendo a un ritmo significativo en el noveno mes y en el tercer trimestre de 2016 de la mano del mal desempeño del bloque automotriz, de la industria siderúrgica, del bloque metalmecánico y del mal andar que mostró la alimenticia en los últimos meses (por caída de la molienda de soja en buena parte) Cerrando con los bienes. Tanto la minería y la pesca, por un lado, como la producción de electricidad, gas y agua, por el otro, lograron mantenerse en alza en septiembre. En el primer caso resaltó el buen desempeño de la producción de gas.

Los sectores productores de servicios continuaron mostrando un desempeño promedio mejor al de los bienes. En este caso, resaltó el mal desempeño del comercio al por mayor y menor, la intermediación financiera y las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler. En sentido contrario, jugaron las actividades de transporte, comunicaciones y almacenamiento, la Administración Pública, la educación y la salud. En sentido prácticamente neutro, la industria hotelera y la gastronómica.

Ahora bien. De cara a lo que vendrá vale la pena resaltar lo siguiente. El promedio de las proyecciones privadas prevé una contracción interanual levemente superior a -1,3% para el PBI en el último trimestre del año, en tanto que nuestra proyección es de -1,5%. De lo dicho se desprende: a) Negativo:  Tomando en cuenta la variación estimada para el tercer trimestre, de verificarse cualquiera de esas dos proyecciones, el nivel de actividad económica promediaría una caída superior igual o superior a -2% anual durante el año en curso. La caída del PBI per capita estaría por encima de 3% anual. Ergo, el PBI acumularía un retroceso de 1,5% respecto del máximo alcanzado en 2011 y el per capita haría lo propio en un 6,7%. b) Positivo: De verificarse esas proyecciones, el PBI volvería a crecer durante el último trimestre del presente año respecto del anterior, poniendo fin a un episodio recesivo que abarcó cuatro trimestres (IV trimestre 2015 a III trimestre 2016)