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[320]|Del 27 al 31/07 de 2015

$ 50.00

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Descripción del Producto

Argentina – Cuesta arriba. Finalizada la cosecha gruesa 2015, la cual alcanzó un nuevo record de producción gracias a los buenos rindes, el segundo semestre del presente año, dominado por la incertidumbre política y la crisis en Brasil, y el propio 2016, con un ex-ante caracterizado por menores precios para los commodities y mayor debilidad para las monedas regionales, se presenta como una verdadera “cuesta arriba” para la estabilidad macroeconómica local. En particular, dado el contexto adverso, durante esos períodos los esfuerzos por sostener el actual equilibrio macroeconómico y, en especial, el esquema de política económica (oponerse o retrasar el ajuste) requerirán un mayor sacrificio en términos de dinamismo del nivel de actividad económica, empleo y, consecuentemente, indicadores sociales (pobreza, indigencia, etc.) Siendo los sectores transables (exportadores y sustitutivos de importaciones) lo más afectados desde el punto de vista de la producción, dada la continuidad del proceso de apreciación real del peso respecto de prácticamente la totalidad de las monedas de nuestro socios comerciales, la mencionada caída para los precios externos de nuestros principales productos de exportación y el mayor nivel de presión tributaria especifica.

Tomemos como ejemplo al grano de soja. No sólo porque se trata del principal producto del sector agropecuario y porque a partir de él se eslabona principal complejo exportador de nuestros país. Sino porque, además, fue gracias al aporte extraordinario realizado por ese grano, vía recaudación tributaria por Derechos de Exportación sobre el producto primario y sus derivados industriales y el aporte de divisas derivado de su exportación, que la economía local ha podido sostener durante tanto tiempo los desequilibrio macroeconómicos en los cuales derivó una gestión excesivamente expansiva de la política económica local (fiscal y monetaria)

Al respecto, nuestro Índice de Tipo de Cambio Real Efectivo para el Productor de Soja 1997=1 (consiste en tomar el precio FOB Puertos Argentinos neto del impacto de los Derechos de Exportación, multiplicarlo por el Tipo de Cambio Nominal Oficial entre el peso y el dólar y deflactarlo por nuestro propio índice de precios al consumidor local, todos ellos base en el año 1997) promedió en junio de 2015 un valor de 0,61. Ese guarismo resultó 40,5% inferior al nivel registrado sólo doce meses antes (junio de 2015), un 19% más bajo al promedio registrado entre 1993 y 2001, equivaliendo a prácticamente la mitad del promedio registrado entre 2002 y 2015. Aún más, en el próximo gráfico se observa claramente como ese valor es prácticamente igual al registrado entre el año 1999 y 2001.

De lo dicho se desprende que, a priori (antes de rindes, niveles de endeudamiento y demás cuestiones particulares), el productor primario de soja sale de la última cosecha y encara la próxima campaña (2015/16) con el peor nivel de sustentabilidad económica-financiera de los últimos 14 años y la tercera más adversa de los últimos 23 años. Siendo el nivel actual comprable al promediado durante uno de los períodos de peor desempeño sectorial (1999-2001) Ya que la último tramo de la década de los 90’s estuvo caracterizado por los quebrantos de buena parte de los productores primario y un sector agropecuario que, consecuentemente, dejó de ser sujeto de crédito para el sistema financiero local.

La soja, en particular, y los granos gruesos, en general, fueron por lejos los productos de la agroindustria que mejor estaban soportando el mencionado contexto adverso, justamente, porque hasta el año pasado los precios externos seguían sosteniéndose en niveles que más que duplicaban los promedios históricos. Siendo la situación para los productos de las economías regionales (frutas de pepita y carozo, cítricos, algodón, vid, etc.), cuyos precios externos se deterioraron antes y que son más intensivas en mano de obra, mucho peor.

Llegados a este punto. Volvemos a subrayar sobre el peligro de abonar análisis parciales y, consecuentemente soluciones incompletas al mencionado problema (Ajuste TCNO o reducción DEX en soledad) Por eso mismo, es cada vez más imperiosa la necesidad de encarar un enfoque integral de los desequilibrios macroeconómicos locales, lo cual lamentablemente implica poner nuevamente sobre la mesa la molesta e incómoda discusión sobre el nivel, las prioridades, la asignación entre jurisdicciones y las fuentes de financiamiento del Gasto Público.